SSD’s: Desmitificando el rendimiento
Las unidades SSD son cada día más rápidas y muestran un comportamiento muy superior a los discos duros tradicionales, sin embargo, queremos indagar mas profundamente para ver qué es lo realmente importante y qué no a la hora de adquirir una unidad de este tipo.
Estamos en un mercado en el cual los departamentos de marketing hacen bombo de las tasas de transferencia máxima posibles llegando a cifras que se sitúan entre 500 y 600 Mbytes/s en SSDs SATA 6 Gbps. Segun los expertos esta no es más que una cifra alcanzable en situaciones muy específicas (movimiento de archivos de gran tamaño 512k o en transferencias secuenciales) y sólo en una configuración de copia entre unidades de esas características en buses distintos y que no tuvieran ningún tipo de movimiento de archivos extra.
Esto afecta poco en el uso diario. Estamos hablando de que para un usuario que navega, chatea, hace uso ofimático del equipo y juega un poco, ese tipo de transferencias no suponen ni un 5% del total. Veamos los porcentajes y tipos de acceso con un uso normal, medidos con DiskMon de Microsoft. Esta es la lista de los 5 más utilizados:
-4k Lectura (8%)
-4k Escritura (58%)
-512b Escritura (5%)
-8k Escritura (6%)
-32k Lectura (5%)
Este tipo de accesos copan el 80% del tiempo de uso normal de un equipo. El tamaño de acceso más grande en el top 50 de tipo de transferencias es de 256k y es menos de un 1% del total, es decir, lejos de las opciones en las que más rinden los SSDs.
Con estos datos encima de la mesa uno tiene que comenzar a plantearse qué tipo de SSD merece más la pena. Acá exponemos algunos ejemplos en los que si bien la velocidad máxima es muy superior, la velocidad en operaciones muy comunes del día a día es inferior:
Como se puede ver, tanto en los ejemplos sobre y bajo este párrafo la escritura de archivos 4k es mucho más baja en el SSD, que desde el principio se supone capaz de ofrecer más rendimiento.
Está claro que tendremos que comprobar el rendimiento que ofrece en el tipo de transferencias que más llevará a cabo el SSD. Evidentemente, en este pequeño estudio, se ha tenido en cuenta una configuración del SSD como unidad principal con Windows instalado.
Para aquellos que duden después de esta explicación de si un SSD merece o no la pena frente a un disco duro, vamos a compararos los resultados de un HD mecánico tradicional de 7.200 RPM frente a un SSD de alto rendimiento:
Como se puede ver las transferencias secuenciales son más altas y el acceso al disco es mucho más rápido ya que hay mucha menos latencia (frente a los 9ms típicos en HD, tiempo en el que los cabezales se colocan en el lugar correcto para leer/escribir) un SSD tiene una latencia casi nula de alrededor de 0,02 ms.
El rendimiento en escritura 4K, en este caso es 80 veces superior. Si tenemos en cuenta cifras de los SSDs anteriores, los más “lentos” en ese tipo de transferencia, superan en rendimiento 14 veces a un disco duro tradicional.
Conclusión:
Las tasas de transferencia máximas son importantes, pero la que mayor impacto tendrá en el rendimiento de nuestro equipo serán sin duda alguna las velocidades de transferencia aleatorias de 4 a 8 Kb. Si un SSD es rápido en ese sector, el usuario notará una mejoría mucho mayor que con otro SSD que prometa hasta 600 Mbytes/s y que en ese tipo de transferencias sea inferior.
Muy buena info, excelente Doc!
Por supuesto, si en realidad eres un usuario que no importa que tarde un poco en abrir aplicaciones/programas/juegos e incluso encender y apagar el equipo un SSD seria la ultima opción por sus elevados GB/precio si quieres actualizar tu sistema y tienes pocos recursos.
Interesante!